
El punto elegido por los proyectistas para la conexión por medio de una rotonda está 60 m. más abajo a una cota de 185, y en las fotografías puede apreciarse claramente que, dado que el terreno no lo impide, el trazado correcto del enlace es el que une casi en línea recta la cota 185 de la TF-711 con la 179 de la Carretera del Cementerio. Es el “trazado lógico”.

Este “trazado lógico” salva un desnivel de 6 m. mediante un desarrollo de 82 m. con una pendiente del 7,3 %, lo cual es perfectamente asumible si tenemos en cuenta que la pendiente de la TF-711 en este punto es de un 10 %. Su inconveniente es que divide en dos las parcelas 111 y 112, aunque sin afectar a las edificaciones que contienen.
El “trazado proyectado”, en cambio, emplea un desarrollo de 86 m. para salvar un desnivel de 1 m. con una pendiente de 1,16 % uniendo la cota 185 de la TF-711 con la 184 de la Carretera del Cementerio mediante un retorcimiento que evita las edificaciones pasando por la cota 188 y arrasando la parcela 113 para afectar a la 112 en una esquina. El recorrido entre las cotas 179 y 185 del enlace proyectado es un 45 % superior al del “trazado lógico”. ¡Magnífica, pues, la filigrana de curvas de los proyectistas, o de sus “directores”!

No obstante, si se hubiera elegido otro punto de conexión como la cota 187 en la TF-711, tendríamos un “trazado económico”, que, con una curva de 90 grados para no afectar tampoco a las edificaciones, tiene un desarrollo de 55 m. y consigue superar un desnivel de 3 m. con una pendiente de un 5,45 %.
Dado que la Carretera del Cementerio es una vía secundaria, no es necesario que su ancho sea de 12 m., sino que con 8 le basta y le sobra. La superficie ocupada, por tanto con los 8 m. de ancho, sería de 440, 656 y 688 metros cuadrados respectivamente para los trazados del enlace “económico”, “lógico” y “proyectado”, con un coste corelativo de la obra de cada uno de ellos de 264.000, 393.600 y 412.800 euros, considerando a 600 euros el metro cuadrado para la constructora ya que la Travesía de Hermigua es un proyecto muy caro y dificultoso, tras desecharse el otro fácil y barato del margen del barranco, donde los enormes muros se caen antes de haberse terminado. No en vano en Hermigua ha habido alcaldes y ediles de caprichos muy “valiosos” a costa del erario público y algún titular de alguna parcela arrasable, caprichos tan valiosos como los de profanar durante años los restos de algún muerto antepasado del dueño de la parcelita arrasada.
Posiblemente, más por las directrices de los políticos planificadores que por error de los proyectistas, se ha elegido para el enlace de la Carretera del Cementerio con la TF-711 el “trazado proyectado”, el absurdo, el más largo, con más curvas y el más costoso, quizá más bien para perjudicar dolosamente que para beneficiar a alguien y sin que se justifique tal elección. Total, si, como dijo aquella ministra de cerebro prodigioso de funcionamiento más veloz que su habla, “el dinero público no es de nadie………”
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