16 de febrero de 2006

La Peineta y el 11-M


Según la prensa, no fue un triquitraque de baja intensidad como los de los “chicos de la gasolina” que están ahora otra vez de moda, sino un auténtico bombazo de 15 kilos de explosivo lo que reventó el Renault 19 de matrículas dobladas que habían robado en Vitoria el mes de mayo pasado. El 25 de junio de 2005, en el mismo día de la jura del presidente del Gobierno Vasco, a las 19 horas de ese sábado explotó el coche-bomba en el parking exterior del Estadio de La Peineta, el cual pretendía ser el buque insignia madrileño para los Juegos Olímpicos de 2012. Tres meses más tarde en Ávila, en la noche del 23 de septiembre, de forma casi idéntica explotaron 15 kilogramos de cloratita en otra furgoneta Renault Kangoo, como aquella de Alcalá de Henares.

Con no más de una hora de antelación, llamadas anónimas a la DYA y al diario GARA advirtieron y reivindicaron en nombre de ETA la autoría del atentado. Inmediatamente ese mismo día, como casi siempre y sin la más mínima duda que indicara en otra posible dirección, se señaló con toda normalidad a la organización terrorista ETA como la autora de uno más de los centenares de atentados que ha cometido en España, con o sin reivindicación previa o posterior. Nadie lo puso en duda, y es que nadie parece que, en estas ocasiones como tantas otras antes y después del 11 de marzo de 2004, haya tenido conocimiento de que el autor o autores de esas llamadas reivindicadoras y atentados no fueran etarras.

Europa Press cuenta que “la Policía española ya conocía desde hacía meses que la banda terrorista tenía entre sus objetivos dañar los intereses olímpicos de la capital de España”, porque “la Policía francesa halló en poder del presunto jefe del aparato internacional de ETA y miembro del núcleo duro militar Peio Eskizabel, detenido a finales de abril, anotaciones sobre varias instalaciones de la candidatura olímpica, entre ellas el Estadio de la Peineta”. Contrariamente al de Hipercord, este atentado de La Peineta, solo unos días antes de la designación de la sede olímpica, fue un “buen atentado” en limpia columna de fuego y humo vertical ascendente, sin imprevisiones colaterales, sin tiros en la nuca, sin muertos ni heridos y con escasos daños materiales, después de que una mayoría del Parlamento español autorizara al Gobierno para negociar con ETA y que esta prometiera no matar políticos. Rápidamente salieron estos, los políticos, a la palestra afirmando que el atentado no influiría en la candidatura de Madrid al ser de “poca intensidad” con daños “absolutamente menores”. Sin embargo, el Sr. Samaranch, nadador de todas las aguas que dice que “no conoce a ningún catalán que no quiera que gane Madrid” como Carod Rovira o Maragall, afirmó y repitió que “un atentado como éste, sin ninguna víctima, tiene una importancia muy relativa”.

A Singapur fueron nuestros más ilustres representantes, sin faltar la realeza, para defender la candidatura madrileña frente a otras capitales tan importantes como París, Moscú, Londres o Nueva York. Algunos garantizaron una utópica “seguridad absoluta” ante la pregunta en este sentido de un monegasco miembro del COI, precisamente, aludiendo al atentado terrorista de La Peineta, lo que molestó a la delegación española, al considerar el tono y la pregunta “inapropiado” y “sorprendente”. Esa sorpresa del Sr. Rajoy, entre otros, es más bien un pataleo de cabo interino, ya que tal cuestión parece ineludible con ese atentado “olímpico” y más de 30 años de terrorismo etarra, sobre todo para quien, presumiblemente como el príncipe Alberto, optaría por la defensa de la candidatura parisina.

Uno ignora si la importancia del atentado de La Peineta en relación con la elección de la sede olímpica a la que se refería el Sr. Samarach era mucha o poca, si fundamental o “la gota que colmó el vaso”, pero lo cierto es que Madrid fue eliminada por unos pocos votos de diferencia, acarreando aquellos daños “absolutamente menores” de la pérdida de 175.000 empleos directos y 6.000 millones de euros de beneficio turístico, según dicen. Total… ¡una minucia de nada!

En cambio fue Londres la nominada en aras de una supuesta mayor seguridad que podríamos considerar que tampoco era “absoluta”, a juzgar por el atentado de Al Qaeda de la semana siguiente, con terroristas suicidas como en Irak, Afganistán o el 11-S en las Torres Gemelas de Nueva York, que dejó un saldo de 52 muertos y 700 heridos en el otro Reino, el Unido, gobernado por un “gilipollas”, según el Ministro español de Defensa, tal vez ignorante del ojo que soportaba la viga.

Tampoco parece fácil determinar la influencia que en la decisión del Comité Olímpico Internacional haya podido tener el otro atentado madrileño del 11-M, tres meses después del frustrado intento etarra para la Navidad en la Estación de Chamartín, y cuya autoría, como casi siempre en España en circunstancias tan difíciles, fue atribuida en un primer momento a esa ETA de “siempre”, también por políticos españoles tan importantes como los señores Aznar, Acebes, Ibarreche, Rajoy o Rodríguez Zapatero.

Este del 11-M fue un “mal atentado” de cerca de 1500 heridos sin los terroristas suicidas que caracterizan los cometidos por Al Qaeda y con una reivindicación poco fiable. Fue un jodido atentado que segó la vida de casi doscientos inocentes, reventando en Madrid los cuatro trenes del amanecer en los que acudieron por última vez a su trabajo cotidiano. En suma, fue este un macabro asesinato masivo unos días antes de las Elecciones Generales en España, cuyas víctimas sobrepasan los miles de muertos, heridos y familiares afectados directamente por la docena de bombas que explotaron y una que no lo hizo. Y es que dicen que una bomba no explotó porque, según previa radiografía de la mochila que apareció por ahí con no se que explosivo antes de ser desactivada por el artificiero de los TEDAX (locuaz en el primer aniversario) que “se jugó la vida” en ello, no tenía los cables conectados al teléfono móvil, lo cual es un “olvido” inconcebible de los terroristas, salvo que haya sido ex profeso.

A diferencia del atentado de La Peineta, este crimen masivo del 11-M ha estado envuelto en la insistente cantinela de la palabra “mentira” desde ese mismo día 11 de marzo de 2004 en que el periódico EL PAIS publicó desde cuatro columnas en su portada una entrevista con el Sr. Rodríguez Zapatero y que alcanzó su punto álgido cuando el día de reflexión se exigió “la verdad ya” en manifestaciones ante las sedes del Partido Popular de toda España y cuando el Sr. Rubalcaba, subcoordinador de la Campaña Electoral del PSOE y que fue también ministro portavoz del oscuro Gobierno del GAL, de la cal viva y del “fácil enriquecimiento”, afirmara públicamente con cara de viejo monje alquimista que “los ciudadanos españoles se merecen un gobierno que no les mienta, un gobierno que les diga siempre la verdad”.

Sin embargo, el Gobierno de entonces no fue acusado de equivocarse por atribuir el atentado del 11-M a ETA, sino de “mentir y engañar masivamente”, o sea, de saber que en el mismo no había tenido la más mínima participación dicha organización terrorista y afirmar lo contrario. Solo miente el que sabe que es mentira lo que dice y yo no tengo ni idea si entonces mintió aquel Gobierno del Partido Popular porque no se quien o quienes cometieron y/o entramaron ese macabro atentado madrileño, como tampoco parece saberlo la Comisión de Investigación Parlamentaria de comisionados políticos metidos a jueces.

Si mintió aquel Gobierno, quienes inmediatamente le acusaron de mentir quizá será porque sabían quienes eran los autores del atentado… y, si lo sabían, si lo saben y lo tienen bien claro, ya sean políticos metidos a jueces, jueces metidos a políticos o simples políticos de mucho o de nada, pues… a contárselo al Juez de verdad, si es que lo hay, porque de verdad, lo que si hay de verdad son casi doscientos muertos sobre la mesa y miles de víctimas, que no solo habrían de “preocupar” al Alto Comisionado, Sr. Peces Barba.

Por otra parte, si el anterior Gobierno de España no mintió, quienes mintieron serán los que le acusaron de mentir en el día de “reflexión” electoral, en cuyo caso, además de los muertos, esa mesa también soporta el cambio de la foto de Las Azores por la de Perpignan. Y esta de Perpignan es una fotografía con una nebulosa imprevisible en la que, en principio y a pesar de sonrisas talantosas y bigotes de mando con pocos votos, bien poco pudimos vislumbrar el común de los mortales.

Uno piensa que con tal reguero de sangre en un asesinato de esa magnitud, como en los secretos sumariales, sería una temeridad cacarear tontamente toda la verdad conocida en los inicios de la investigación, por lo que, de existir las supuestas mentiras gubernamentales, serian una menudencia incluso aconsejable para el descubrimiento de los autores. Lo que no puede calificarse de nimiedad son los muertos, ni tampoco la insistente priorización mediática acusadora magnificando supuestas mentirijillas que, como “espontánea” artimaña engañosa, condujo a la alteración irreflexiva de los ánimos preelectorales de la población con incidencia en los resultados, precisamente, lo contrario de lo que pretenden nuestras Leyes para la víspera de unas elecciones en este Estado proclamado “de derecho” en la aún vigente Constitución Española que no gusta a quienes dice no conocer el Sr. Samaranch, disgusto al se va añadiendo oportunamente por doquier la politiquería del “barrer para dentro”.

Este vil asesinato de tantos inocentes es cuestión no solo de la “inestigmable” casta política española sino más bien de la Justicia, pero de una Justicia de verdad y sin tapujos, independiente de aquella y que también cobra de nuestros impuestos.

Y es que, con mentiras o sin ellas, para saber “la verdad ya” del “¿quién ha sido?”, apresurada e insistentemente reclamado y que aún desconocemos, la Justicia de verdad no puede ignorar a quienes acusaron de mentir y a quienes han dicho públicamente que “lo tienen muy claro”, por si esos hechos pudieran ser indicios de presuntos delitos de calumnia, encubrimiento, complicidad u otra cosa aún peor.


Amalahuigue

Isla Casimira

Isla Casimira (I)



Entre bromas veras, me comentaba hace pocos días una amiga que a La Gomera le iban a cambiar el nombre por el de “Isla Casimira”. O sea, ni Colombina ni leches, sino Casimira, porque Colón no era gomero y por aquello de que el presidente del Cabildo Insular, don Casimiro Curbelo, pudiera ejercer un control absoluto sobre la misma, si se refiriera a él y fuera cierto el “Sueño o realidad en La Gomera” que publicó don Antonio M. Pérez y Pérez en la página 17 de La Gaceta de Canarias el 30 de diciembre de 2002. ¿A que otra poderosa persona, amiga o enemiga, puede referirse don Antonio que lleve personalmente “la bolsa con el dinero a Venezuela y a Cuba”, con “cesiones inmobiliarias y no inmobiliarias, voluntarias y no voluntarias, a su ya inmenso patrimonio” y con capacidad para realizar a su antojo los planes generales y las calificaciones de parques marítimos o plantaciones de caña dulce?
A propósito de esas cesiones, uno vuelve a insistir en esos muros millonarios de cuatro perras y media que el Cabildo paga espléndidamente a algún contratista de los que se hacen enormemente ricos a su sombra, y que el presidente perceptor de emolumentos de dinero público, que no escatima inteligencia y locuacidad en los medios de comunicación, no puede o no quiere aclarar. No en vano, don Antonio M. Pérez se refiere en su escrito de realidades y sueños a subvencionar “con oxigeno su respiración y con liquidez su situación” a “aquel contratista que asfixiado esté”, a condición del voto “y, asimismo, la adulación y algo más también” y posteriormente, el 1 de junio del pasado año, en una carta al director del periódico El Día acusa directamente a don Casimiro de persecución familiar, con utilización de medios públicos. Lo curioso es que el Sr. Curbelo le dijera a don Salvador García Carrillo que su antecesor, don Antonio Plasencia (Lito), “manejaba el Cabildo como si fuera una finca suya”, sin que, aparentemente, este se hiciera rico al cobijo de de esa Institución como algún laureado contratista, ni incrementara sensiblemente su patrimonio. Doña Nieves Morales, presidenta del PP y anterior Delegada del Gobierno en la isla, recalca en este sentido que el Sr. Curbelo “se tiene que dar cuenta de una vez por todas que no es un dios y que la isla no es su reino”.
Ahora que Gomera21 editorializa con una serie de magnificas fotografías titulada “De La Gomera al cielo”, este va y se cae como una loza en viaje de vuelta sobre el norte de la isla. Y en Hermigua su alcalde socialista se percata de que el pueblo agoniza y grita a los medios de comunicación que “El norte también existe”, mientras los políticos de la oposición municipal de Coalición Canaria despiertan protestando por la falta de inversión en las costas del norte de La Gomera (¿…solo en las costas?), aludiendo finamente a falta de “sensibilidad” del Cabildo Insular y preguntándose que intereses existen para que las inversiones se vayan al sur de la isla, protesta a la que se suma, tras la respuesta del Sr. Curbelo, el grupo municipal del PSOE.
Porque don Casimiro Curbelo, molesto por la falta de sensibilidad atribuida tímidamente al Cabildo por los de CC en Hermigua, responde a estos acusándoles de “falta de rigor” e indicándoles que se dirijan a sus homólogos del Gobierno Regional como responsables de su abandono inversor, a quien reclama con la boca pequeña 10 millones de euros para actuaciones en el litoral de Hermigua que, en posterior ampliación, sitúa en 61 millones de euros para toda la isla, como propuesta de “soslayo” para que se incluya en el convenio de costas, de los cuales 12’5 son para Playa de Santiago, 12 para Vallehermoso en La Rajita, 9 para valle Gran Rey y 8’5 para Hermigua, al igual que para Agulo. O sea, entiendo yo, que el presidente del Cabildo gomero no está dispuesto a mojarse en pueblos de “magos del norte” que no sean “pantaneros”, y saca balones fuera culpabilizando a los otros, a los de siempre, como casi siempre, cuando le conviene y con toda la capacidad comunicadora de que dispone. Aunque el presidente “hace hincapié en que la Institución Insular hace cuanto está a su alcance para que se dé respuesta a las demandas de los gomeros”, los “alcances” cabildicios pueden ser varios en privilegio, y ahí están también los gomeros de San Sebastián y los de Playa de Santiago, los de Alajeró y los de Vallehermoso con su agujero negro inversor, e incluso los que no lo son, como Fred. Olsen S.A. con sus intereses insulares en Playa de Santiago, a caballo entre San Sebastián y Alajeró, donde no puede operar el barco con el que pretenden cubrir la línea con Valle Gran Rey, que despreciaron en su día, por lo que el alcalde de Alajeró, don Manuel Ramón Plasencia, ha pedido “auxilio” al Cabildo para que “impulse” el proyecto del puerto de Playa de Santiago mediante una especie de comisión ad hoc y no con la boca pequeña como don Casimiro cuando responde a los de CC de Hermigua o se refiere a que las recientes subidas de las subvenciones al transporte no han repercutido en el abaratamiento de los billetes para un “desarrollo económico y social equilibrado”, y es que la naviera ya se preocupó de elevar sus tarifas y establecer esa “clase oro”, aprovechándose exclusivamente de los incrementos de la subvención para contribuir a que La Gomera continúe siendo la isla de mayor carestía de vida en necesidades básicas.
Dicen que el “indócil” anterior alcalde de Alajeró, Sr. Quintero, no gozaba de las simpatías de la naviera noruega ni de la dirección insular del PSOE, por lo que tuvo que abandonar el partido para terminar siendo sustituido por el actual alcalde, hasta entonces empleado en el Hotel Tecina, y que el alcalde de San Sebastián, Sr. Castilla, gozó del privilegio de adquirir una finca donde construir su vivienda a Fred. Olsen S.A., poco dada a realizar ventas en La Gomera pero si interesada en calificaciones urbanísticas para transformar, con enormes incrementos de valor, magníficas fincas agrícolas en “putting greenes” golfistas que allá arriba terminan en esos pueblos de don Tomás. Por otra parte, también rumores hay de que hermanos de políticos y contratistas han adquirido por esos sures isleños grandes extensiones para especular incrementando sus valores por la vía de futuras recalificaciones.
El anuario económico de 2003 de La Caixa señala la construcción como la principal industria gomera con 171 empresas, de las cuales 87 estaban radicadas en san Sebastián, 31 en Valle Gran Rey, 20 en Vallehermoso, 19 en Alajeró, 9 en Agulo y 5 en Hermigua. Ahora parece que para esos “políticos” de CC en Hermigua es difícil saber que intereses sureños acaparan las inversiones en la isla de La Gomera dejando arruinado y en el abandono ese norte, antaño agrícola, minifundista y emigrante, y hoy despoblado, subsidiado y poco más. Y es que, como en otras islas, en La Gomera el “cielo” viene arrojando pedruscos en el norte desde hace muchos años, también en la última década del siglo pasado con don Casimiro ya ahí en la presidencia del Cabildo y el mismo Sr. Mora como alcalde de Hermigua, cuando el Sr. Quintero era alcalde de Alajeró, el Sr. Castilla de San Sebastián, don Néstor López de Agulo y don Antonio Armas (q.e.p.d.) de Vallehermoso. Todos ellos del PSOE y, por tanto, todos ellos responsables, en mayor o menor medida y consiguientemente el Partido Socialista en la isla, del reparto inversor del Cabildo Insular, responsabilidad de la que no debería evadirse el Sr. Curbelo. Tampoco de las inversiones de otros organismos en cada municipio, en función de la prioridad o contundencia de sus solicitudes y demandas.
A propósito de la última década, ha “caído” en mis manos un libro impreso por Litografía Romero en excelente papel y publicado por el Cabildo bajo el título de “1991-1995 LA GOMERA: CUATRO AÑOS DE GESTIÓN” que me da la impresión de que su análisis podría ser ilustrativo de la filosofía del reparto inversor en La Gomera para ese cacareado “desarrollo económico y social equilibrado”, aunque, para no cansarles, ello será cuestión de una segunda entrega, si el tiempo me lo permite, mis ánimos no se desmoronan y “persecuciones” no me lo impiden en esta Isla que las ocurrencias de mi amiga pretenden denominarla Casimira.

Gomera21 14/04/05

Amalahuigue

11 M: Mi Confución sigue...

“Pedro”, el artificiero de los TEDAX que desactivó la mochila del 11-M, parece que ha hecho últimamente declaraciones a varios medios de comunicación como El Mundo, El País, La Cadena Ser, Antena 3, Tele 5 y TVE.
El Partido Socialista es el que gobierna en España, como parece evidente. Y gobierna porque ganó legalmente las elecciones el 14 de marzo de 2004 por minoría mayoritaria, tras el más atroz atentado terrorista en Europa, el del día 11. Y las perdió el Partido Popular que gobernaba hasta entonces solo por una diferencia del 6 % de la suma de los votos recibidos por ambos partidos y que constituyeron el 80 % de la totalidad de los votos contabilizados. Es de desear que quienes hayan ganado fueran los ciudadanos más que los partidos. Al menos la mayoría de los ciudadanos. Yo me abstuve en esa convocatoria por la enorme confusión que se me creó en aquellos días. Otros, muchos más que en las anteriores elecciones del 2000, optaron por lo contrario y fueron a votar, quizá porque lo vieron claro… ¿o tal vez no?
El TEDAX tampoco parece que lo tenga tan claro como el instruido portero que declaró en la Comisión Parlamentaria que pretenden cerrar aconsejando sin esclarecimiento, aunque al ver aquella masacre el artificiero, "solo por intuición" y sin ningún dato, pensó que "se trataba de un atentado islamista", como debió haberlo pensado el juez Garzón cuando fue a "levantar" los cadáveres o el Sr. Rubalcaba, ex-ministro y portavoz de aquel gobierno de cabeza inestigmatizable de dos por el precio de uno y dispuesto a poner la mano en el fuego por el Rubio presidente del Banco emisor, cuando afirmaba en el “día de reflexión” que España no se merecía un gobierno mentiroso.
Es curioso que posteriormente “Pedro”, cuando vio el teléfono al ir a desactivar el artefacto de la mochila número 13, pensara en su "experiencia con las bombas de ETA" porque "estaba obsesionado con que fuera una trampa de los terroristas vascos", como posiblemente Ibarreche y Acebes, que en cambio dijeron desde el primer momento que había sido ETA. Y es que ETA ha jaqueado sangrantemente a España durante muchos años, tanto en tiempos de la Dictadura con los Polos de Desarrollo vasco y catalán del tecnócrata del franquismo López Rodó, como en la "Democracia" con los "chicos de la gasolina" del Sr. Arzalluz. Porque muertos del terrorismo doméstico también hemos tenido muchos… Y huérfanos. Y madres y padres sin hijos. Y quienes quedaron sin hermanos, sin primos, sin tíos, sin nietos y sin amigos para asociarse distintamente, ahora bajo el amparo del "Alto Comisionado" Peces Barba, don Gregorio.
En medio de tantas declaraciones y celebraciones de solemne compungimiento, doblado de campanas eclesiales madrileñas y sin el concierto musical de los afectados, suspendido no se sabe si por problemas técnicos de organización o por consejo gubernamental (¿será por mentiras?), es de desear que su majestad Mohamed VI no insulte a nadie, y si lo hace en español, que su pronunciación sea tan mala como la del Sr. Rodríguez Zapatero en francés, para que no nos enteremos los que nos afecta la situación de los saharauis.
Así, con tantos muertos sobre la mesa en esta Partitocracia que se autoproclama como “un Estado social y democrático de Derecho”, entre quienes tienen claro que todos los asesinos están ya a buen recaudo, entre quienes afirman que falta el o los autores intelectuales en montañas y desiertos, lejanos o no, y entre dinamiteros archivos del Ministerio Fiscal y de políticos comisionados metidos a jueces, un año después como Pilar Manjón y si no me lo aclara el hijo de Hassan II aunque sea en el mismo idioma de los presuntos asesinos, yo sigo en la misma confusión de entonces haciendo mías mentalmente las expresiones de las manos en alto de aquella chica en la fotografía a los dos días del atentado de las diez bombas en las estaciones de tren de Madrid.
Gomera21 10/03/05 Amalahuigue

Curro Jimenez



Don José Ramón Mora Hernández, a la sazón alcalde de Hermigua y parlamentario regional del PSC-PSOE por la isla de La Gomera, ha inaugurado su Guardería Municipal, culminando así las “amenazas” que hizo a su ¿compañero Néstor? hace más de un año, dolido por no haber sido su candidato al Parlamento.
No se si con cierre o sin él, el Sr. Mora cumplió con sus aseveraciones al alcalde de Agulo, Sr. López, cuando le dijo que “si cierras la Guardería, nosotros aquí en Hermigua, crearemos una comarcal”, para demostrarle “cómo se hace y sobre todo cómo se puede mantener”, es de suponer, sin “subvención del Cabildo Insular bajo mesa”.
Y el alcalde de Hermigua, al salir en la foto cortando la cinta inaugural casi solo, dijo “sentirse satisfecho por la puesta en marcha” a pesar de que “está claro que es un servicio deficitario, pero es la única forma que tenemos de coger rentas de donde hay, y directamente hacerla incidir a las familias con menos capacidad”. Pues nada, como Curro, a buscar rentistas entre políticos, funcionarios y “enchufados” de cabildos y ayuntamientos, sin olvidarse de los ricos a su sombra, empresarios del transporte y de la construcción de marquesinas, muros y pedregales, e incluso algún banquero, como el “enfant terrible” don Rodolfo, de Binter y en línea nórdica.
El problema es que estos pueblos norteños anhelantes de subvenciones, gestionados por cautividad del voto y en abandono insular (bajo mesa también hay migajas), están sometidos a un proceso de despoblamiento que hace casi imposible ocupar mucho más de la mitad de las 27 plazas de capacidad de esa Guardería de Hermigua que, tan solo en equipamiento costó 120.000 euros de dinero público por una disputa con el alcalde de Agulo.
Dado que la población en edad fértil es cada vez más exigua, para el mantenimiento con una eficacia aceptable de la nueva Guardería a priori deficitaria, habrá que optar, como los monos, por la jodienda a mansalva.
A joder, pues, hasta la muerte y aún más allá. Que para “joder” a los muertos, Sr. Mora, no hace falta ni dignidad, ni conciencia, ni lecciones de moralidad.


Amalahuique


Gomera21 02/03/05

A Tontas y a Ciegas

De mitin en mitin, últimamente hemos podido contemplar todos en los medios de comunicación como la clase política de cualquier color nos insiste con ahínco en sus campañas “salvadoras”, que costeamos con nuestros impuestos, para que acudamos a votar precipitadamente con un SI, salvo unos pocos, muy pocos, que nos aconsejan un NO.
Estas votaciones a mi me recuerdan aquellas del franquismo para que votáramos afirmativamente, ya que en caso contrario nos caerían encima todos los males existentes. Pero aquello era una dictadura y esto una partitocracia donde los mitineros se jactan ampulosamente de su condición “democrática”.
Al igual que Franco, que decía que éramos tontos y no estábamos preparados para votar responsablemente, ahora nos dicen algunos, como el señor López Aguilar, que no es necesario que leamos y conozcamos ese giscardiano Tratado, Constitución o lo que sea para Europa y las españas.
Como el dictador Franco, pues, estos “iluminados” de la política nos tratan de imbéciles desde su endiosamiento, pidiéndonos con sus arengas, cual charlatanes de feria, que vayamos a votar a tontas y a ciegas para su interés partidario. Y sin habernos explicado como corresponde de qué trata el Tratado, a pesar de reconocerle deficiencias. ¿Acaso pretenden engañarnos?.
¡Nos ha jodido!. Pues claro que puedo votar lo que quiera y firmar un contrato sin leerlo, pero también puedo no firmar ni votar, si no me da la gana. Y eso, hasta que se les ocurra prohibírmelo, pues ya han dejado entrever también en alguna ocasión que quien no vota, no puede o debe reclamar derechos, como si ellos, los políticos, fueran los dueños de los mismos. En las partitocracias, parece que lo son.

Amalahuigue

Gomera21 19/02/05

Un Pelo en la Casa de Colópn

Parece que a don José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, le va a resultar difícil, aunque no imposible, determinar si los verdaderos restos del almirante Cristóbal Colon son los que se encuentran en la Catedral de Sevilla o los que se alojan en el mausoleo del Faro a Colon, que ilumina con su cruz de láser las noches de la capital dominicana, ahora que las autoridades de la Republica se han opuesto a que el equipo de científicos que se traslada desde España pueda realizar pruebas de ADN.
Está difícil también por el deterioro de los restos sevillanos después de cinco siglos y con tanto viaje desde Valladolid a Santo Domingo y La Habana, antes de regresar a Sevilla.
Ante tal dilema para descubrir al descubridor, yo me he puesto a pensar que si todos los gomeros nos pusiéramos a buscar algún pelo o algo así en la Casa de Colon en San Sebastián de La Gomera, tal vez le facilitaríamos el trabajo al equipo del Sr. Lorente. Porque en la otra Casa de Colon, en la de Las Palmas, seguro que no hay nada de nada. De todas formas, el próximo año, con el quinto centenario de su muerte, nos dirán donde están los restos de Cristóbal Colon.
Mas difícil puede que lo tenga A. Montesino para “encontrar” los restos de su padre, al que vio enterrar hace treinta años en ese nicho del Cementerio de Hermigua, si el Sr. Alcalde, don José Ramón Mora Hernández, dice que es de imposible identificación.

Amalahuigue

Gomera21 29/01/05

Adiós medalla...

Don Antonio Castro, consejero de Obras Públicas y portavoz del Gobierno Autónomo canario, ha comunicado que su Gobierno ha aprobado un gasto de 5.230.000 euros para “fomentar” el transporte terrestre de viajeros en el Archipiélago durante dos años, de lo que se destinan a La Gomera solo 111.863 euros, o sea, una nimiería de 55.931 euros por año si lo comparamos con la mitad de los 800.000 euros de subvención para que Binter Canarias enjuague el déficit de los pocos que utilizan sus líneas con el Aeropuerto de La Gomera o con los casi 47.000.000 de euros para dos Centros de Atención Especializada en Tenerife, e incluso ¿porqué no?, con los 45.000 euros presupuestados para dos simples marquesinas en San Sebastián (El Molinito) y Alajeró o los 258.000 del muro frente al restaurante El Silbo en Hermigua.

Lo que puede ser complicado es la aclaración de esas excesivamente encarecidas marquesinas y muros ya que el presidente del Cabildo Insular de la Gomera no parece que haya dado a los gomeros explicaciones de ello, a los mismos gomeros a quienes dijo, según la prensa, les había robado la empresa concesionaria del transporte terrestre de viajeros con “las fechorías de Eugenio Chinea” o los Contrato-Programas de Transportes con los que también tienen algo que ver las marquesinas. ¡Cambalaches!, puros cambalaches de “hermosura” como en todas partes donde cuecen habas, y con Dimas Martín “por casualidad” entre rejas, a pesar de sus poderosas “sintonías”.

Aunque sea poco probable dada su condición de aforado, donde pudiera ser que diera alguna explicación el senador y presidente del Cabildo de La Gomera, Sr. Curbelo, es en el Tribunal Supremo para aclarar si el Sr. Chinea es un ladrón, como dicen que dijo, y si dicho Tribunal admitiera a trámite la querella que le interpuso este señor el pasado 23 de diciembre de 2004, cosa que dudo por la coraza senatorial. Claro, que si la acusación pública de “robo”, entendida en el sentido metafórico sin entrañar violencia, fuera cierta y don Casimiro Curbelo hubiera tenido pruebas y conocimiento de ello, presuntamente encubrió el supuesto hurto u estafa de la empresa de transportes de La Gomera a “todos los ciudadanos de la Isla”. En caso contrario, el alto Tribunal habría de dirimir esa querella por injurias y calumnias como en Estado de Derecho debería corresponder. Puestos aquí, uno piensa si aquellas marquesinas tan costosas tendrán algo que ver con ese “robo” manifestado el 23 de diciembre de 2003 ante medios de comunicación. Y en “robos” de dinero público también tendrán alguna responsabilidad quienes dejan robar, negligentemente o en connivencia, lo que es de todos y no suyo.

Pero esta no es la primera vez que don Eugenio Chinea lleva ante los tribunales de justicia al Sr. Cubelo. Ya lo hizo en otra ocasión, tras ser detenido, cuando el presidente del Cabildo era alcalde de San Sebastián y le costó la “chironada” su cargo público por Sentencia firme a pesar de los cólicos, pero entonces ni don Casimiro era senador ni don Eugenio tan rico como ahora para afrontar los gastos jurídicos de tal querella.

En fin, que ya veremos si pasa el agua por las borrajas. Sea como sea, lo que si me parece es que, después de esta, don Eugenio puede despedirse de la medalla que el Cabildo concede a algunos que en La Gomera se hicieron ricos, muy ricos, sorprendentemente ricos a su sombra, tras bendecir el ex ministro Solchaga la vaselina española de enriquecimiento facilón.

Gomera 21 29/12/04 Amalahuigue

Tomaduras de Pelo en La Gomera

Así, como tomadura de pelo, calificaba el alcalde de San Sebastián de La Gomera, don Ángel Luis Castilla, el excesivo retraso de la segunda fase del acceso a cañada de Inchereda, con un importe de casi cien millones de pesetas (595.000 euros). Nada, ¡una minucia comparado con otros sustanciosos pedregales!. Y tiene razón el Sr. Castilla tratando de movilizar al Gobierno canario antes que a la población, y no porque allí tenga una finca ganadera algún constructor de esos que cobran muros muy caros, sino porque es “una obra de vital importancia” que constituye para los vecinos una “actuación de primera necesidad”. Yo ignoro los habitantes que tiene ese “barrio” de Inchereda y cual es esa segunda fase para, eliminando escaleras, lograr un acceso decente a viviendas y fincas. No obstante, de lo que no cabe duda alguna es de que una demora de diez años es una autentica tomadura de pelo.

Curiosamente, también podría ser una tomadura de pelo de nada el construir escaleras impidiendo el acceso de motocultores, como única posibilidad de transporte, a otras viviendas y fincas, aunque no fueran tan importantes como las de Inchereda. Me refiero a la escalera que puso en ese camino de El Cedro el Ayuntamiento de Hermigua después de restaurar la antigua Casa-Escuela, pretendiendo utilizar esta inútilmente como una especie de albergue. Y digo inútilmente porque, en una maravillosa gestión municipal, tampoco se utiliza para nada ese edificio que dejó la escalerita para que los motocultores no transporten los sacos de papas de las finquitas que no son de ningún constructor y que no precisarán decencia alguna para acceder a ellas cuando se las “trague” el monte. Porque eso, la yermitud y no un “Puting Green” como el de la finca de Tecina en Playa de Santiago, es lo que parece que pretenden determinados poderes públicos. Total, papas hay en Tenerife, y si no las traemos de Inglaterra, de Israel o de la China, aunque el transporte nos cueste el doble que a los tinerfeños, ya que para eso tenemos las riquísimas subvenciones de Europa y los múltiples enchufitos temporales aconsejadores de voto a los que se refirió CCOO.

Ahora en Alajeró el Cabildo Insular de La Gomera acaba de aprobar otro proyecto de 2,53 millones de euros para la construcción de una residencia de ancianos de 44 plazas y una superficie total construida de casi 2.500 metros cuadrados, lo que significa poco más de 1.000 euros (167.000 pesetas) el metro cuadrado y que, en principio si se culmina en un tiempo prudencial, no parece que pueda ser una tomadura de pelo. Lo que si es una tomadura de pelo es aquella marquesina de 15.000 euros (más de 300.000 pesetas el metro cuadrado) en Alajeró, y no digamos ya la del Molinito de 25.000 euros. El Sr. Presidente del Cabildo debería explicar a los gomeros como él bien sabe hacerlo, y no dudo que lo haga, lo de estas marquesinas porque, si no lo hace, también sería una tomadura de pelo. Lo peor es que si nos convence que las marquesinas cuestan realmente ese dinero, muchos podamos pensar que la Residencia de cientos de millones de pesetas en Alajeró también podría ser una tomadura de pelo, con yacuzzi y todo.

Indudablemente, otra tomadura de pelo más es la Residencia de Ancianos de Hermigua, que acaba de inaugurarse sin yacuzzi, con una capacidad de 24 plazas. Y digo que es una tomadura de pelo porque, tumbo a tumbo, entre deterioros y múltiples remodelaciones y restauraciones de ese edificio, “regalo” del cura Mario de los años 70 que la Concejal de Asuntos Sociales califica de “emblemático”, ha precisado una docena de años de promesas incumplidas en desinterés cabildicio para que pudiera ser una realidad últimamente con esos 50 millones de pesetas del Gobierno Autónomo. Ante más de 300 personas fueron a buscar votos doña Águeda Montelongo, como consejera del Gobierno regional, don Casimiro Curbelo, como presidente del Cabildo gomero y don José Ramón Mora, como alcalde de Hermigua, y salieron en la fotografía cortando la cinta amarilla, azul y blanca, que uno no sabe si calificar de tomadura de pelo o de vergüenza.

Refiriéndose a los pagos de otra tomadura de pelo como es la basura del basurero, el consejero del Cabildo, don Javier Trujillo, calificaba de gracioso al Sr. Castilla. Y tiene gracia que, donde tantas tomaduras de pelo abundan hasta la calvicie, el alcalde de San Sebastián de La Gomera diga, con sus meadas de movilizaciones fuera de la bacinilla, que el retraso de Inchereda es una tomadura de pelo.


Gomera 21 01/12/04 Amalahuigue

El Fraudulento Manejo de "Fincas" en La Gomera

Es curioso que don Casimiro Curbelo, precisamente don Casimiro, con su bacinilla, inhabilitado en su día en Sentencia judicial como alcalde de San Sebastián de La Gomera por “pasarse” con el señor de las guaguas y acusado públicamente por don Antonio Pérez de perseguir a su familia, pudiera decir a su compañero, don Salvador García Carrillo, que el anterior presidente del Cabildo Insular de La Gomera, don Antonio Plasencia, manejaba este como si fuera su finca, aconsejándole que denunciara en el Juzgado, no al diputado regional socialista gomero que dice le hurtó aquella noche de su despacho la copia de la carta que dirigió al secretario general del PSOE ni al Cabildo deudor, sino al Sr. Plasencia.

Ahora, según el Diario de Avisos del 29/10/2004, la Ejecutiva de CC.OO. de La Gomera denuncia un “fraude masivo” en los contratos de los consistorios y el Cabildo, con la excepción del Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera, cuyo alcalde es el Sr. Castilla, precisamente, el que meaba fuera de la bacinilla de don Casimiro. El alcalde capitalino podría inclinarse mas por transformar alguna finca en un Putting Green golfista de peloteo.

Estas declaraciones no son de extrañar, a tenor de los rumores que circulan por esta isla y por las otras también, donde nadie parece estar a salvo. Pero ya se sabe: los rumores a veces acostumbran ser falsos, aunque, cuando el río suena…

De ser cierto lo que dice el Sindicato, el fraude laboral es prácticamente generalizado, tanto dentro como fuera de la Triple Alianza, tal vez en aras de ese “desarrollo económico y social”, que acostumbra poner frecuentemente en boca de su presidente el Gabinete de Prensa del Cabildo, produciendo, según CC.OO., “una pérdida de interés por la formación, el reciclaje y la promoción personal, al animar a muchas personas a quedarse de brazos cruzados esperando que el cabildo o el ayuntamiento de turno les saquen para cobrar luego el paro”, lo que recuerda “icfemianos” dineros públicos esfumados.

Partitocráticamente, las cosas no se hacen en interés público por amor al arte político, sino a la artimaña partidista en interés electoral. También en los organismos públicos, por lo que se ve principalmente en épocas preelectorales, se utilizan las contrataciones temporales en esos planes de empleo, según el Sindicato, “convertidos en un arma política, especialmente en zonas deprimidas en las que es difícil acceder a un puesto de trabajo”. Es aquí donde creo que radica básicamente la cuestión del manejo de cada “finca”: en la “compra” del voto, sin pararse en “favores”, en dispendios, en superfluidades ni en ceñirse a la legalidad.

Y el secretario insular de CC.OO., don José Ignacio Algueró, situaba a la cabeza del fraude laboral a la “finca” de Hermigua, donde es alcalde don José Ramón Mora, que acusaba de discriminar a sus propios vecinos al alcalde de Agulo, don Néstor López, que, con su futuro en el Ayuntamiento, en el Cabildo y en El Fraile, no quiere dar cuenta de los gastos de las fiestas patronales de su “finca” para tomar nota de quien ose mirarlos en los libros municipales.

Don Jaime Noda es el alcalde de Vallehermoso, un municipio extenso con omnipresencia inversora del Cabildo, que será quien sacará a concurso la explotación de esa “finca” del Jardín Botánico del Descubrimiento (¡ya era hora, con lo que ha costado!), con una cafetería como la de la Estación de Guaguas proyectada en Alajeró, donde su alcalde, don Manuel Ramón Plasencia, llegó a tiempo de la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana, elaborado de espaldas a la ciudadanía, según Coalición Canaria, y cuyo único merito destacable parece ser la normalización de treinta viviendas ilegales (no tuvo esa suerte don Antonio Medina Quintero, a quien le tiraron la casa que tenía arriba en su finquita de Las Nieves, después de que le asesinara dentro no se sabe quien o quienes). Dicen que con mucha “pasta” para divorciarse, en Valle Gran Rey ejerce “eternamente” sus dominios el alcalde don Esteban Bethencourt, quien, a pesar de ello, no logró imponer su democrática voluntad embotelladora en Taguluche.

Como en olla de grillos, pues, está cada cual en su “finca”, como empresarios agrícolas, cautivando vilmente esos votos entre las discriminaciones y las “favorecedoras” contrataciones precarias con rentabilidad electoral.

Y en la cárcel, el ex presidente del Cabildo de Lanzarote, don Dimas Martín, acusado en Sentencia firme de haber comprado algún voto.


Gomera 21 01/11/04 Amalahuigue

¡Aclarando!, que es gerundio...

“Cuando el doctor Manuel Rodríguez me llevó ante el paciente Antonio Plasencia y contemplé de su gravedad, me desmoroné y reconozco que no tuve el valor de solicitarle dicho reconocimiento”, dice don Salvador García Carrillo en relación a cuando, a los pocos días de aquel incendio mortal que contempló el Roque de Agando el 11 de septiembre de 1.984, acudió al Hospital sevillano, no para interesarse por el estado del paciente, sino para que le firmara el reconocimiento de una deuda del Cabildo de La Gomera de 1.700.000 de las pesetas de entonces del sobresueldo conseguido (se entiende) de 300.000 mensuales para él y 200.000 para su colaborador, don Silvestre Enríquez Núñez-Ojeda. ¡Menudo chasco!

La verdad es que no tuvo suerte el sindicalista de la UGT al declararse el incendio antes de cumplirse su ultimátum y al carecer de aptitud manual para la firma el Sr. Plasencia, que, aunque su estado de ánimo es de suponer que no estaba para ocuparse de la “finca”, comprometió a don Salvador para que aclarara su gestión con una Memoria que enviara a quienes podían satisfacer esa deuda cabildicia que aún no le han pagado.

Tampoco tuvo suerte don Salvador con aquella carta al secretario general del PSOE que, según dice, no le perdonó el Sr. Curbelo, y cuya copia le birló subrepticiamente de su despacho “un militante socialista de La Gomera que fue luego diputado regional”, aprovechando la oscuridad de la noche para introducirse por la ventana. Como da la impresión de que don Salvador conoce al autor del presunto delito sin que mencionara haber acudido en su día a la “Justicia”, para que las sospechas de tal fechoría no puedan recaer sobre otros diputados respetables, debería aclararlo.

Por mucho que aclare lo encubierto el Sr. García, me temo que, si esa carta no gustó al actual presidente del Cabildo gomero, difícilmente cobrará la deuda que reclama con su escrito de “Los olvidados del 11-S en La Gomera”, porque don Casimiro Curbelo no parece muy dado a aclaraciones, ni de marquesinas de 500.000 pesetas el metro cuadrado, ni tampoco de muros de 43 millones de pesetas, aunque falsos rumores asocien alguna vivienda con tan elevados pagos.

Al fin y al cabo, todo puede ser en aras del cacareado “desarrollo económico y social” de la Isla colombina.

Gomera 21 Amalahuigue

La Estación de Guaguas de Alajeró


El pasado 11 de agosto el Gabinete de Prensa del Cabildo Insular de La Gomera informó sobre la adjudicación de las obras de una estación de guaguas en Alajeró, con un presupuesto que supera los 499.000 euros (83 millones de pesetas), y que en otra nota anterior del 2 de agosto se licitaba en 527.100 euros, sobre una superficie de 4.910 metros cuadrados. O sea, según se presupuesta dicho proyecto, a poco más de 100 euros el metro cuadrado (unas 17.000 pesetas), que, además, tiene un “carácter multifuncional”. No obstante, si tenemos en cuenta los 239.000 euros de la adquisición del terreno, la redacción del proyecto y el movimiento de tierras, el coste se elevaría, en principio, a un total de 738.000 euros (123.000.000 de pesetas), lo que significa 150 euros el metro cuadrado (25.000 pesetas).

Y es que me parece a mi que en esto del “guagüerio” hay mucha tela que cortar, no solo en esas guaguas “de balde” y en dineros que dicen que unos le deben a los otros o que los otros le deben a los unos, sino en todos esos contrato-programas que dan la impresión que detrás de la empresa concesionaria hay mucha “hermosura”. Tal vez algún día caiga alguna medalla por la “ricura” de esos amores que matan, aunque sea póstuma, porque los ricos también mueren, condecorados o no. Pero yo quiero referirme concretamente a esas marquesinas construidas con materiales nobles, alguna de las cuales, tal vez sin adquisición de terrenos, sin movimiento de tierras, sin proyectos de Le Corvusier o de Calatrava y seguro que sin multifuncionalidad, fue presupuestada en casi 25.000 euros, a unos 3.000 euros (500.000 Ptas.) el metro cuadrado. ¡Veinte o treinta veces más por unidad de superficie que esa Estación de Guaguas de Alajeró! Tales posibles y extraños dislates presupuestarios deberían explicarse y justificarse, si se es capaz, para que los gomeros, y los otros que no lo son, no estemos sujetos a sospechas engañosas, ni los unos, ni los otros, ahora que en España se está poniendo de moda el “escoramiento” hacia un lado o hacia el otro, rememorando, con cierto trasfondo de rencor, guerras que no vivimos, con morería o sin ella, y que no nos debería interesar para tirarnos piedras inculpatorias descosiendo capas y volviéndolas a coser, como diablos que no saben que hacer.

Por supuesto que ese edificio multifuncional de la Estación no ocupa los 4.910 metros cuadrados, por lo que los cálculos por unidad de superficie carecen de rigor y solo pueden tomarse a nivel indicativo. No obstante, si la edificación de 83 millones de pesetas de costo se mimetiza con el paisaje quedando embutida en el terreno, para lo cual se han realizado excavaciones, hemos de suponer que precisará muros de contención y, si estos muros tienen un gasto tan elevado como el que en Hermigua dicen que costó 43 millones de pesetas, me temo que no quedará mucho dinero para ese edificio. Pero, en fin, esperemos que los muros de Alajeró sean menos costosos que los de Hermigua, que también deberían precisar mayor claridad y justificación. Me refiero al muro frente al restaurante El Silbo que, contrariamente a como hizo el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en Valleseco multando a la constructora que excavaba debajo, el Cabildo Insular de La Gomera “premió” a la empresa que ocasionó la caída con la contratación y el pago de tan costosa obra.

Desde finales de diciembre del pasado año, el presidente del Cabildo viene destacando, según su Gabinete de Prensa, “la importancia de esta infraestructura para la mejora de las comunicaciones terrestres entre los municipios de la Isla y, por ende, para el desarrollo socioeconómico de los ciudadanos de Alajeró en particular y de La Gomera en general”. ¡Pues yo no me lo creo! Y no me lo creo porque, salvo que se explique mejor, pienso concretamente lo contrario, al igual que con el “Putting Geen” golfista de Playa de Santiago, que beneficia a Fred Olsen y su Hotel Tecina produciendo los “toques de pelotas” en lugar de los productos de la explotación agrícola que sustituyó. Porque, socialmente, lo grave es que la producción del “toqueteo” tenga mayor rentabilidad económica y “social” que la de la alimentación, hasta el punto de que los políticos “justifiquen” social y económicamente, con sus electorales ruedas de molino, la necesidad de campos de golf frente a explotaciones agrarias, prestos a inaugurar aquellos sin lamentar las defunciones de estas, no en vano, aquel ministro franquista de erróneo nombramiento y amante de las subvenciones vitalicias, decía que “ministro se había de ser a toda costa, aunque sea de agricultura”, y no creo que fuera precisamente por su condición de servicio público, sino por la de servirse de lo público.

Como casi todos los pueblos de La Gomera con una población muy diseminada en barrios distantes entre sí, Alajeró, donde viven algo más de mil personas tiene dos núcleos principales: el de Playa de Santiago y el del casco de Alajeró, disperso este a lo largo de la carretera que le une por una parte con San Sebastián y por la otra con el resto de la isla. Es, por tanto, un lugar de tránsito y no terminal. En tales circunstancias, es indudable la importancia de contar con un adecuado servicio público de viajeros que cubra eficientemente sus necesidades con los itinerarios, los vehículos y las marquesinas adecuadamente acondicionadas que se precise, pero donde parece sobrar, con las justificaciones que se han dado, una estación de autobuses, máxime, si está ubicada en un extremo y al otro lado de la carretera que lo bordea, por no decir fuera del pueblo, como si se pretendiera incomunicarlo del resto de los pueblos no capitalinos. Porque, si Alajeró necesita un edificio “multifuncional” con un bar y cuatro tiendas, no es esta la localización más adecuada, y si la Empresa concesionaria del transporte regular de viajeros quiere un garaje con unas oficinas, que lo haga con su dinero donde le apetezca y pueda, igual en Pajarito, en Quise, en El Paso o en Antoncojo.

Quejándose de deudas impagadas y de olvidos en las celebraciones del incendio del 11 de septiembre de 1984 que costó tantas vidas, decía en Canarias Ahora el entonces Gerente del Hospital, don Salvador García Carrillo, que el presidente del Cabildo, don Casimiro Curbelo, le había dicho que el anterior presidente “manejaba el Cabildo como si fuera una finca suya”. Puede que don Antonio Plasencia haya tratado el Cabildo de La Gomera como si fuera su finca y, como consecuencia de ello, sufriera ese grave accidente que casi le causa la muerte en aquel incendio que le dejó evidentes secuelas de por vida. Y don Antonio, sin “pinta” alguna de haberse lucrado de esa finca, ni él ni su familia, probablemente pueda presumir de honradez, algo que actualmente no parece meritar mucho.

Tal vez, como en fincas “propias” se manejen también quienes, por ejemplo, no aclaran los gastos públicos en las marquesinas, en los muros o en cualquier fiesta, como en la de Agulo en honor de Nuestra Señora de las Mercedes. Y si los “administradores de fincas” no se explican, al igual que se “olvidan” los compromisos adquiridos, por algo será… ¿verdad, don Salvador?

Igual podría ser que unos votos en una finca bien valgan una estación de guaguas. Porque los votos también se manejan como las fincas: se ganan, se pierden, se compran y se venden. ¡Ah, si hablaran los bocadillos de mortadela…!

Gomera 21 Amalahuigue

11 de febrero de 2006

Putting Green


Allá fueron todos ellos a “salir en la foto”: don Casimiro Curbelo, como presidente del Cabildo Insular de La Gomera, doña Rosa Dávila, como directora general de Transportes del Gobierno de Canarias, y don Ángel Luis Castilla, como alcalde de San Sebastián. Se trataba de la inauguración del primer campo de golf de la Gomera sobre una superficie de unos 545.000 metros cuadrados, donde anteriormente existía una extensión dedicada a cultivos agrícolas. Y es que los cargos públicos en La Gomera no son menos que los de otras partes, también prestos a realzar, como tales, ciertas y determinadas inauguraciones privadas. Lo extraño es que otras muchas inauguraciones, también privadas, no gocen de los mismos “derechos” al realce de las autoridades de turno, incluso algunas, todo lo contrario. Pero, claro, en la vida hay favores, y no todos los favores son iguales. Y las fincas se “compran”, se “venden” o no, para recalificarlas o para todo lo contrario, algunas en aras de supuestos intereses sociales y con determinados beneficios concretos.

Se dice que esas autoridades políticas que presidieron la mesa inaugural coincidieron en señalar que el campo de golf supondrá una “inyección económica y social para La Gomera”. Pues… ¡yo no me lo creo! Y no lo creo porque estoy convencido que las nalgas de La Gomera no son las mismas que las de Fred Olsen, ni económica, ni socialmente. Tampoco las de La Gomera son las nalgas inyectables de sus políticos.

Ordenando planificaciones, cambiaron el uso de una magnífica explotación agrícola por el turístico y los hoyos de aquellas plantas por otros para meter la bola apuntando con el palito, que no con la azada. Taparon la tierra fértil por arenisca sahariana, los platanales se trocaron por un green césped y cambiaron los establos por casa club, bar, snack, vestuario y cuarto de palos y a lo mejor sustituyeron también los cuartos de aperos por greenes chipping y putting. Y esto de putting suena como a ruso, porque en español tiene un sonido muy feo. ¡Menuda putada, con tantos terrenos baldíos donde regar césped!

Gomera21 Amalahuigue

Gilipollas Integrales

Uno no sabe exactamente si en la “clase” política hay gilipollas, y, de haberlos, si algunos son gilis en su integridad. Claro, que como “de todo hay en la viña del Señor”, según el refrán, hay quienes tienden a sospechar que, al igual que las brujas en Galicia, “haberlos haylos”, sobre todo, aquellos que se aferran a sus puestos arrebañando votos con dinero público mientras alardean de su condición democrática. ¿O Dimas Martín es el único responsable de haber comprado algún voto en Canarias y en España?.

Ahora parece que el Gobierno español pretende realizar unos gastos públicos significativos en una campaña que coaccione nuestra libertad de voto en relación con el Referéndum sobre la Constitución Europea. Y uno piensa que España no debería entrar en esa gilipolléz de confusión política antidemocrática, porque no es lo mismo velar para que cada uno vote o no lo que le dé la gana, libre y responsablemente, que el machaqueo institucional con “consejos” de interés partidista.

Antes del brutal atentado de los trenes madrileños, del que quizá difícilmente algún día nos enteremos quienes eran los que estaban detrás, no gustó a algunos prebostes socialistas españoles que el Primer Ministro inglés recibiera en el nº 10 de Downing Street al Sr. Rajoy, supuesto “sucesor” entonces a la presidencia del Gobierno español, nombrado candidato a dedo por unanimidad de 500 PePeros. Efectivamente, un micrófono indiscreto captó una conversación entre los Sres. Ibarra y Almunia con el hoy Ministro de Defensa don José Bono, hijo del alcalde franquista y católico que no fue ni rico ni pobre. Parece ser que el Sr. Bono comentó que el Premier británico era un “imbecil” y un “gilipollas integral”. Y uno no sabe si el Sr. Bono mintió o no, cuando dijo lo que dicen que dijo o cuando se desdijo de lo dicho, con esas afirmaciones difundidas por los medios de comunicación respecto al líder laborista inglés, compañero fotográfico del Sr. Aznar, no solo en Las Azores sino también en Andalucía durante sus días vacacionales de la Semana Santa en el Coto Doñana, hace ya más de seis años, pocos días antes de la tóxica riada sueca de Aznalcóllar.

Donde no parece que hubiera gilipolleces es en las celebraciones del tricentenario de ocupación sobre los 6 kilómetros cuadrados de Gibraltar, no solo con presencia de la Armada inglesa, sino también con la correspondiente alta representación gubernamental y de la realeza británicas. Algo así como un plante, tal vez en reproche a los despectivos comentarios del Sr. Bono hacia su Primer Ministro, Tony Blair.

Durante estos días del presente mes de agosto han estallado unas cuantas bombitas en el norte de España, concretamente en Asturias y Santander. Solo un herido. Los expertos les llaman “artefactos explosivos de baja intensidad” en los que parece que no se utilizó titadine. A pesar de ello, los medios de comunicación y el Ministerio del Interior han señalado la autoría de ETA desde un primer momento, sin que nadie haya salido a la calle esta vez exigiendo inmediatamente el esclarecimiento y la “verdad”. Probablemente, el Sr. Rubalcaba esté muy ocupado intentado demostrar que la subida del petróleo fue causada por la guerra de Irak, y el Sr. Zaplana que lo fue por la retirada precipitada de las tropas. Lopez Garrido, que saltibanqueando entre partidos como Pepe Carlos el de la Hacienda canaria sabe más de poliada que el palmero Antonio Castro, acusa a ETA y aprovecha para insistir otra vez más en la mentira de Acebes. El Sr. don Antonio Camacho, no el de Gescartera sino el Secretario de Estado de Interior y fiscal politizado como su tocayo canarión y adalid del encubrimiento, Antonio López, ya no se le entiende bien que quiere decir cuando se refiere a esas kale-borrokeras “desagradables formas de divertirse” capaces de producir 14 heridos, con un niño de 7 años entre ellos.

Uno no sabe si para acusar a ETA de que pudo haber sido la misma mano en estas bombas de Ribadesella, San Andrés de la Barquera, Vigo y Santander, se cuenta con más, menos o análogas pruebas que para el atentado del 11 de marzo en la capital de España. En su afán de notoriedad, quien si puede que lo sepa es el Sr. López Garrido. Y también el Sr. Bono, quien ya es notorio “per se”.

Porque el populista Ministro de Defensa, don José Bono Martines, declaró textualmente a Tele-cinco, refiriéndose al atentado madrileño del 11-M, que “es tristísimo, tristísimo, que en esa ocasión los asesinos dijeran la verdad, los de ETA, y el Ministro del Interior dijera una mentira. Y eso es así, con Comisión o sin Comisión”.

O sea: - ¿Que los asesinos fueron los de ETA?
- ¿Que los asesinos dijeron la verdad?
- ¿Que el Ministro del Interior dijo una mentira?

Pues eso no es así, con Comisión o sin Comisión, si la mentira citada se refiere a la acusación del Sr. Acebes de la autoría de ETA. Porque la frase del Ministro de Defensa es una contradicción que entraña necesariamente una falsedad. ¿Nos miente el Sr. Bono? ¿Dónde está la mentira entonces? ¿O acaso somos todos gilipollas integrales?



Gomera21 17/08/04 Amalahuigue



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Volar en Picado


Tal vez son muchos los que piensan que el Aeropuerto de La Gomera es un caro y continuo engaño, socialmente inútil además, utilizado en la actualidad diariamente solo por 75 pasajeros y poco más de 5 kilogramos de mercancía, según se deduce de lo publicado recientemente por AENA.

Manifestar francamente una opinión personal en tal sentido sobre el Aeropuerto, ya vislumbrada por Gomera21 en aquel escrito sobre posibles corrupciones en la isla, no es nada agradable si se piensa que puede ser considerada como contraria a los “intereses” insulares. Pero ese Aeropuerto también tiene su historia. Una historia bien lamentable.

Cuando, al empezar la segunda mitad del siglo pasado, el único transporte con el exterior era un calvario en manos de la naviera Trasmediterránea, con tres viajes a la semana echando por trayecto ocho, doce o más horas de navegación prácticamente infrahumana entre dos islas separadas por una treintena de kilómetros de mar, a los entonces justificados anhelos de un aeropuerto se respondía que la isla era muy montañosa, hasta que al fin se logró el estudio de dos posibles ubicaciones: una en Alajeró, y la otra en San Sebastián, concretamente en La Lomada de los Llanos. Esta última se desestimó, dicen que por los vientos, y se optó por la primera ubicación como el único lugar posible, que es donde está actualmente.

En la década de los sesenta, cuando en La Villa esperaban en gozoso recibimiento a Romero Gorría, ministro del gobierno tecnócrata de la Dictadura, para que anunciara el comienzo de las obras aeroportuarias, no solo se llevaron el chasco del enorme retraso del Sr. Ministro respecto a la hora señalada, sino también el de que este había cambiado inesperadamente de opinión, señalando como nuevo “lugar idóneo” el antiguo aeropuerto de don Álvaro Rodríguez López. Parece ser que el helicóptero ministerial pasó antes por Playa de Santiago para realizar una visita previa al chalet de su dueño y albacea del boxeador “Sombrita”. La intención favorecedora del ministro no logró abrirse camino a lo largo de muchos años de “dar largas”, pues su situación, aún más alejada de los principales núcleos poblacionales, se encontraba con la dificultad de un mayor costo de la vía de acceso.

Las “largas” se prolongaron hasta 1.976, el mismo año en que el Rey nombró a Adolfo Suárez presidente y dos años antes de la inauguración del aeropuerto de Tenerife Sur. Fue entonces cuando se expropiaron “con carácter de urgencia” todos o parte de los terrenos donde se pretendía construir definitivamente el Aeropuerto de La Gomera. No obstante, esas “largas” sufrieron, valga la redundancia, posteriores alargamientos, porque los gobiernos de la UCD, con los problemas de la Transición y la vigilancia del cumplimiento de Los Pactos de La Monclóa de Fuentes Quintana, no tuvieron tiempo de ocuparse del aeropuerto de una pequeña isla ya del Reino de Castilla, desde donde salió Colón para descubrir América y que el Presidente español, Sr. Rodríguez Zapatero, vio en el despacho de Mohamed VI formando parte del mapa de Marruecos, al igual que El Sahara, sin el referéndum requerido por la ONU y que España ahora parece que pretende soslayar.

Pero, después de tantas “largas” vinieron otras, porque el ministro de Transportes del primer Gobierno del PSOE, don Enrique Barón, dadas las circunstancias de la mejora del transporte marítimo con Los Cristianos y la autopista del sur de Tenerife, se negó rotundamente a su ejecución durante el tiempo que se mantuvo en el cargo (1.982-1.985).

Fue a partir de entonces cuando la Partitocracia se interesó por la rentabilidad electoral de un aeropuerto ya inútil para los intereses insulares. Así, en 1987 se proyecta su construcción con fondos de la Unión Europea para el programa FEDER, y puede que algo del Ministerio de Fomento y de la Comunidad Autónoma de Canarias, pero, a pesar de tantas urgencias declaradas en las ocupaciones de los bienes y derechos afectados, fueron precisos más de diez años aún para concluir, golpe a golpe, la majestuosa obra.

El Aeropuerto de La Gomera, con una pista de 1.500 metros de largo y 30 de ancho, una plataforma de 14.500 metros cuadrados y un edificio terminal con capacidad para atender a 399 pasajeros a la hora en sus 3.370 metros cuadrados de superficie, para lo cual se movieron tres millones y medio de metros cúbicos de tierra y se gastó la nada despreciable cantidad de 3.800 millones de pesetas, fue inaugurado finalmente en 1.999 por el entonces ministro de Fomento, don Rafael Arias-Salgado, con lo cual se logró que La Gomera entrara en el siglo XXI sin ser la única isla canaria carente de aeropuerto.

En el momento de esa foto inaugural, el Ministerio de Fomento calculaba que en el plazo de dos o tres años el Aeropuerto de La Gomera alcanzaría los 250.000 pasajeros anuales, umbral mínimo estimado por sus “técnicos” para rentabilizar un aeropuerto de tales características, y a ello se dispuso con su puesta en funcionamiento, ocupándose el Cabildo gomero de su información y promoción, así como del mantenimiento de los jardines y del transporte terrestre en sus oscuros Contrato-Programas con la empresa del Sr. Chinea. Pero las expectativas no fueron acorde con las previsiones ministeriales, hasta el punto de que al año siguiente se esgrimieron argumentos para justificar cancelaciones de vuelos. El presidente del Cabildo, Sr. Cubelo, desmintió estos argumentos en Adeje a finales del mes de noviembre, diciendo que eran falsos y afirmando no permitir que “nadie juegue con nuestra dignidad”, porque no era verdad, según él, que los gomeros no quieran la infraestructura aeroportuaria, aunque otra cosa es que la utilicen o no...... por su “vocación” a usar la vía marítima. Y digo yo que si los gomeros no lo utilizamos será porque no nos es útil, independientemente de las querencias infraestructurales de cada quien.

Durante sus cinco años de funcionamiento solo ha sido utilizado por 87.534 pasajeros, muy lejos de los 1.250.000 que económicamente le hubieran dado una rentabilidad mínima, y que son precisamente los mismos que en un solo año utilizan la vía marítima. O sea, que podemos considerar que la utilidad del Aeropuerto de La Gomera ha sido el 7% de la mínima rentable y el 2% de su capacidad dimensionada. Para justificar su viabilidad, tampoco parece válido argumentar la rentabilidad social señalándole como “pieza clave en la comunicación exterior de sus habitantes y en el desarrollo turístico de la isla”, porque eso, simplemente y a la vista de los datos expuestos, es falso. ¿Dónde pues está el juego? ¿Donde la dignidad y donde el engaño?



Cuando se vuela en picado, sin saber donde está esa dignidad y donde el jugador, el tortazo irremisiblemente es en los morros, tarde o temprano. Y es que, a mi entender, el tardío Aeropuerto de La Gomera desde aquellos inicios en 1.987, más que remontar vuelo se despeñó en picado, a pesar de los ímprobos esfuerzos de algunos “caza-votos” tratando de justificar tan tremenda inversión inútil y subsiguientes gastos de mantenimiento, donde parece mantenerse al margen para sus dominios próximos Fred Olsen, con también “vocación” exclusiva por los barcos cargados de diplomas y medallas honoríficas concedidas por distintas corporaciones, probablemente, en pago de provechosas dádivas.

Si a Fred Olsen no le es útil el Aeropuerto, al igual que a los gomeros de vocación marinera, subvencionados o no, tal vez sería mejor plantarlo de papas o de ñames, con el agua de los pozos seca-manantiales del Sr. Horcajada, y si no, poner allí un gran palmeral. La elaboración de miel de palma para endulzar la vida a los turistas en el edificio de la Terminal, con su magnífico pórtico imitando al de la Iglesia de la Asunción de San Sebastián de La Gomera. Aunque, bien pensado, lo verdaderamente útil para los gomeros es un “tren” entre San Sebastián y Los Cristianos a tres euros, como en la RENFE.



Gomera21 Amalahuigue

Muros de Vergüenza

No sé si serán “de oro”, como esas marquesinas de 500.000 pesetas el metro cuadrado con cargo al Contrato-Programa de Transportes, o a base de piedras preciosas, pero en La Gomera hay muros caros, muy caros,…¡enormemente caros!.

Claro que no se le suele dar importancia si es el Cabildo Insular el que los paga, porque los dineros cabildícios de todos parece que no son de nadie. O tal vez sí, y muchos piensen que son de algunos y por eso les votan, a pesar de todo.

Me dijeron que había costado cuarenta y tres millones de pesetas un muro de la Carretera en Hermigua, frente al restaurante “El Silbo”, que hace unos años impidió la circulación de vehículos al derrumbarse en unas lluvias navideñas, como consecuencia de unas excavaciones que una empresa constructora había realizado debajo del mismo para construir unas viviendas. Fue la misma empresa la encargada de su reconstrucción, que no se limitó a lo caído, sino que se amplió a todo el frente que abarcaba las viviendas que se pretendían edificar. En total, puede que unos 150 metros cúbicos de muro de hormigón, cuyo coste, a 50.000 pesetas a lo sumo el metro cúbico, no debería ser superior a siete u ocho millones de pesetas. No obstante, las valoraciones oficiales parece que se inflan sistemáticamente, no sé si por algo parecido a la “subvención del Cabildo Insular bajo mesa” a que se refería el parlamentario y alcalde de Hermigua, don José Ramón Mora, en “amable” carta a su ¿Compañero Néstor?, alcalde de Agulo.

La vergüenza del muro no está solo en el huracán de inflado, sino que haya sido el Cabildo Insular el que haya costeado su construcción, para consolidar, además, unas viviendas de “lujo”. ¿Acaso la empresa que realizaba las excavaciones debajo del muro carece absolutamente de responsabilidad en su caída?. Todo ello hace sospechar en “un pago de favores”, porque, según parece, la empresa que cobró tan alta cantidad por construir el muro, es la misma que estaba realizando las excavaciones y que está construyendo también las viviendas.

Gomera21 12/07/04 Amalahuigue

¿Corrupción en La Gomera?

A mediados del pasado mes de mayo, el ministro de Justicia, D. Juan Fernando López Aguilar, sostuvo una discusión en el Congreso de Diputados con el presidente de Coalición Canaria, D. Paulino Rivero, sobre presuntas corrupciones en las islas en base a unas declaraciones de aquél, referentes a negocios multimillonarios entre políticos y empresarios. En dichas declaraciones, respondidas por el Sr. Rivero pidiendo pruebas, podría considerarse quizás excluida la isla de La Gomera, donde el PSOE es prácticamente hegemónico.

En una carta al Director del periódico El Día publicada el pasado 1 de junio, el cirujano D. Antonio Manuel Pérez y Pérez, se refería a la compra por el Cabildo Insular de La Gomera de la Casa de Los Bencomo, que le fue ofertada por la cofradía Nuestra Señora de Guadalupe, propietaria del inmueble. Explicaba el Sr. Pérez que el Cabildo rechazó en principio la oferta, lo que decidió a la cofradía a venderla en subasta pública.

Posteriormente, el Cabildo Insular de La Gomera incoa un expediente para declarar el inmueble como Bien de Interés Cultural, acude a la subasta y la pierde, siendo la adjucataria una sociedad mercantil. No obstante, basándose en la calificación solicitada del inmueble, el Cabildo ejerce su derecho de tanteo y retracto y paga, según D. Antonio, 40.000.000 de pesetas más del precio en el que se le había ofrecido unos meses antes. Yo no sé si aquí ha podido ocurrir una malograda maquinación para alterar el precio de las cosas a la baja en beneficio de quien fuera, de no haberse interesado en la subasta esa sociedad mercantil, o, como afirma D. Antonio Manuel, “lo importante para Casimiro Curbelo no era la casa sino quitársela de las manos a la mercantil que se la adjudicó”, añadiendo que “la persecución de Curbelo a esta familia, utilizando medios públicos para ello, es pública y notoria en toda la isla”. Al fin y al cabo, lo que se deduce con evidencia de esa carta y de lo publicado por el Gabinete de Prensa cabildicio el 14 de marzo de 2003 en su página Web es que se pagaron, por cuenta del Cabildo Insular de La Gomera, cerca de cien millones de pesetas del erario público, lo que representa un 40 % de incremento del precio ofertado inicialmente por la Cofradía. No obstante, tampoco puede decirse que el precio pagado finalmente por la Casa de Los Bencomo fuera desorbitado, teniendo en cuenta que este inmueble de dos plantas sobre una superficie de 400 metros costó a 250.000 pesetas el metro cuadrado (de solar edificado).

Bajo el título “Acoso y derribo”, publicado el pasado 24 de mayo en Gomera21, Montesino se preguntaba si constituiría también una maquinación alteradora de valor un Decreto de la Alcaldía de Hermigua declarando en estado de ruina otro inmueble singular, con errores o sin ellos, y otorgando un plazo de quince días para su derribo solo varios meses después de que el propio Ayuntamiento solicitara su adquisición por el Cabildo Insular de La Gomera, debido a su interés histórico. Como consecuencia de ello, el precio inicial de venta de 26.100.000 pesetas, al parecer desestimado por el Cabildo, se redujo a 17.500.000 el día 22 del mismo mes, lo que significa unas 115.000 pesetas el metro cuadrado de este inmueble de dos plantas sobre una superficie de 150 metros, menos de la mitad que el “monumento” capitalino. Lamentablemente, el desistimiento de un posible comprador acaba de conducir a la convocatoria de una nueva “Junta General de la Comunidad” para establecer, es de suponer bajo la amenaza de derribo, un menor precio de venta, ahora que el arquitecto que aconsejó el cierre de la Catedral de San Cristóbal de La Laguna acaba de percatarse que las bóvedas solo distribuyen su propio peso únicamente como cargas de compresión, y que el desprendimiento de unos cascotes del enfoscado interior, como consecuencia del óxido producido por la humedad en la armadura, no requiere necesariamente actuaciones de demolición. Pero lo verdaderamente difícil con esa edificación “ruinosa”, ahora de pretendida demolición sin motivos suficientes en Hermigua, un pueblo antaño relativamente pujante y hoy decrépito bajo el dominio pesoistico, no es solo encontrar un comprador, sino localizar y conciliar las voluntades de todos y cada uno de los vendedores dispersados, muchos de ellos con “apellido de maleta”, tanto para su venta como para su restauración.

Otra cuestión ejemplar donde no hay ni compras, ni ventas, ni derribos, ni historia, ni tampoco cultura de ningún tipo, es lo de las marquesinas con cargo al Contrato Programa de Transportes, suscrito entre la Institución Insular, la Administración General del Estado y el Gobierno Regional. Esas “doradas” paradas de guaguas confeccionadas a base de “materiales nobles”, como la de El Molinito que “se parecerá al clásico porche cubierto, abierta por uno de los lados (en función de la aproximación de la guagua y la orientación) y con el pavimento necesario, junto a un zócalo de piedra roja gomera y un banco con asiento de listones de madera en la cara interior de la pared” y en la que “se invertirán más de 24.810 euros”, según publicaba la página Web del Gabinete de Prensa del Cabildo gomero el 17 de noviembre del pasado año. Ello significa más de cuatro millones de pesetas por un simple porche pavimentado, con dos paredes, madera, unas tejas y piedra “gomera” de la roja, sobre una superficie que no llega a ocho metros, o sea, más de 500.000 pesetas el metro cuadrado. ¡Nada menos que más del doble que la Casa de Los Bencomo con sus dos plantas, su pavimento, su madera, sus tejas y sus viejas paredes con barro y piedras “monumentales” talladas y colocadas una a una en su sitio con perfecta alineación!.

La concisión requerida no permite ser prolijo comentando los pedregales por doquier, los sinuosos túneles paralelos a las faldas de las montañas en interés de laureados constructores y desechando con nimias excusas otros más eficientes que las atravesarían de lado a lado, los aeropuertos construidos golpe a golpe electoral a través de lustros para transportar con esas avionetillas a lo largo de todo un año los mismos pasajeros que con un solo barco en un solo día y un solo viaje, las inyecciones dinerarias año tras año en mataderos y asilos de ancianos que aún no han logrado que funcionen, las subvenciones dirigidas a los unos y algunas “forrando” a algunos de esos unos, los discriminatorios postramientos de rodilla y exilio de vecinos por el bombonero ¿compañero Néstor? del también Alcalde de Hermigua con o sin caprichosos controles “triplealianceros” de meadas en la bacinilla, las manifestaciones externas de desproporcionada riqueza de algunos políticos democráticos, familiares y allegados, nunca vistas por aquí en tiempos dictatoriales y puestas aún más en evidencia en el reparto de “sus bienes gananciales” cuando se separan o divorcian, las estaciones terminales de guaguas sin haberse utilizado durante años en San Sebastián de La Gomera o proyectadas en las afueras extremas de pueblos de paso como Alajeró, las guaguas de “balde” de la empresa concesionaria del transporte regular de viajeros por carretera que ahora el Cabildo acaba de intervenir como consecuencia de una rigorización de esos Contrato Programa de Transportes donde se emplean marquesinas de tal “nobleza” dineraria, etc., etc., etc.

El transporte en una isla es algo muy importante, por eso, tras no haber conseguido impedir en su estrecho trabajo el trío Curbelo-Castro-Padrón que Trasmediterránea se retirara de la línea marítima entre las tres islas sur occidentales, el Sr. Curbelo ha expresado su intención de analizar el transporte marítimo de La Gomera con el consejeropalmerosempiterno, D. Antonio Castro, recordando que la corporación insular ha puesto en marcha un magnifico “plan estratégico”, al que D. Erasmo Armas, en el periódico digital Canarias Ahora, ha hecho las siguientes puntualizaciones, que transcribo:


Castro y Curbelo analizan el transporte marítimo de La Gomera

De Erasmo Armas
Asunto Transporte marítimo

Si el Cabildo de la Gomera tiene un plan estratégico del transporte ¿donde está? ¿ Es realista, o un brindis al sol? ¿Será, como siempre, un lloriqueo para pedir mas dinero?. Todo lo que ha tocado el Cabildo en materia de transporte tanto marítimo, como terrestre y aéreo lo ha estropeado. Que diga, el presidente del Cabildo, con claridad, que el apuesta por un monopolio en el transporte marítimo personalizado en "Fred Olsen", a quien ha defendido siempre, al único que siempre han defendido, por intereses inconfesables.¿Defender un monopolio es defender los intereses generales de una isla?.

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¿¿Intereses inconfesables?? ¿¿Qué diga con claridad el presidente del Cabildo que él apuesta por el monopolio de su defendido de siempre, Fred Olsen SA.??

No, yo no creo que D. Casimiro Curbelo explique con claridad la estrategia de ese plan de mejora del transporte ni el sentido de su apuesta. Menos ahora con todo “patas arriba” por mar y tierra, después de la fatal avería del buque “Volcán Tenagua” con el que Naviera Armas pretendía comenzar a “competir” con Fred Olsen SA. y con la intervención de la empresa de autobuses Servicio Regular Gomera SL., para que D. Eugenio Chinea sepa quien manda en la isla y quien abre y cierra los manantiales, si es que lo había olvidado.

Tampoco creo que D. Erasmo Armas cuente esos “intereses” porque, detrás de ellos… ¡Mogollón! ¿O no, D. Erasmo? ¿También tiene Vd. miedo a hablar en La Gomera? ¿Más ahora con los derechos fundamentales de la Constitución democrática, que no gusta a Maragall ni a Ibarreche, que antaño con los principios del Movimiento Nacional, que gustaba a Arias Navarro y a Mardones?. Pero miedo…….¿a quien, Sr. Armas?

Gomera21 07/06/04 Amalahuigue

¡Perros!

Hay perros y perras que ladran. Perras que desaparecen, perros que muerden y perras que son mordidas, o al revés. Y gatos que maúllan....hasta que mueren.

Ha sido objeto de denuncia que el pasado 25 de abril la muerte acabó con los maullidos, mordidas y ladridos de un montón de animales en Valle Gran Rey. La muerte de esos perros y gatos llegó a este pueblo gomero en una especie de asesinato colectivo. Dos estudiantes que creen “firmemente en los Derechos Humanos” denunciaron aquí, en Gomera21, el “abuso indiscriminado a los animales”, señalando prácticamente con el dedo al supuesto responsable, cuyo “comportamiento es conocido por todos los habitantes del municipio”, dicen, mientras “las autoridades se tapan los ojos”.

Pero los animales, ya sean perros, gatos, toros, terneros o peces, no tienen derechos como los humanos en la sociedad actual. Tampoco los niños en la provincia canaria de Santa Cruz de Tenerife los tienen todos, a juzgar por la denuncia de Begoña Barras, presidenta del Foro contra la Violencia, de más de cien casos de abusos a menores, archivados a pesar de la existencia de pruebas, con las “autoridades competentes” en el más profundo de los sueños. Y también aquí, en Gomera21, se ha relatado algún caso concreto de abusos y malos tratos infantiles, con sus presuntos responsables y encubridores, como el Sr. López, de infausto recuerdo delegatorio del Gobierno Español en Canarias para algunos, enormemente preocupado por la delincuencia de los menores como victimarios. En España, como los perros, hay niños que no importan. No votan y no tienen institutos que los defiendan en el Estado social y democrático de Derecho que propugna también a la igualdad y a la justicia como valores superiores de su ordenamiento jurídico, a pesar de esa Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, de obligado cumplimiento. Pero, al fin y al cabo, ni los perros son niños, ni los niños son perros.

En Chile, sin embargo, Bobby, un dócil pastor alemán de seis años, no tuvo la misma suerte. Bobby se encontró con el juez Ribera, titular del Juzgado 12º del Crimen de Santiago, quien procesó a su dueño, Rafael López, por maltratarle con una barra de hierro. Rafael, tras cinco días de detención, fue puesto en libertad por “no tener dinero ni apoyo familiar”, pero a sus 68 años pueden caerle 18 meses de cárcel cuando termine el proceso. El malherido Bobby, después de ser diagnosticado en la Clinica Veterinaria de Independencia como “paciente deprimido, sin alteraciones neurológicas y con múltiples heridas corto punzantes en la región temporal”, quedó al cuidado de los carabineros hasta que se decida sobre su posible adopción. La exuberante presentadora chilena del programa de televisión “La ley de la selva”, Jeannette Moenne-Loccoz, dijo incluso que “Bobby merece una familia que lo quiera”. También los niños judicialmente “despaternizados” la merecen, pienso yo.

Quien no tiene carencias económicas, a pesar de sus sustanciosas cuentas bancarias congeladas en las Islas Bermudas, es el aforado ex presidente chileno don Augusto Pinochet Ugarte, cuando la Comisión Nacional sobre la Tortura acaba de recopilar a lo largo de seis meses treinta mil testimonios de tortura durante sus dieciséis años de dictadura, de los cincuenta mil que algunos aseguran que existen, con más de 3.000 muertos y 1.197 “desaparecidos” entre estos. Ya el Sr. Pinochet “disfrutó” de 42 días de arresto domiciliario en la finca de Los Bolos, no como autor sino como presunto encubridor de “La Caravana de la Muerte”, que produjo de sur a norte del país unos 75 asesinatos con nombres y apellidos. Pero Pinochet, que goza de inmunidad como ex gobernante, se libró al suspenderse ese proceso, para el que había sido desaforado, cuando un equipo médico le dictaminó una “demencia vascular subcortical moderada”, ratificada por la Corte Suprema el 1 de julio de 2002. Análogamente a los “estigmas” presidenciales españoles, dicha “demencia progresiva e incurable” lo eximió el pasado año de comparecer en el juicio por el asesinato en Argentina del general Carlos Prats y su esposa, y en el de la “ratonera de la calle Conferencia”, por la “desaparición” de 10 dirigentes del Partido comunista. Han prevalecido los derechos de la “autoridad demente” sobre los de los desaparecidos y asesinados con mas de 160 querellas, que hay quienes califican de revanchistas.

No obstante, el pasado noviembre con ocasión del 88 cumpleaños del ex dictador, el Canal 22 de Miami emitió una lúcida entrevista suya que dejaba de manifiesto una excelente memoria y clarividencia, de la que carecen casi siempre quienes llegan a esas edades. Allí protestó, con ímpetu, diciendo: “¿A quien pido perdón? Muchos dicen que hay que pedir perdón ¿de que? ¿De que voy a pedir perdón? ¿De que una vez trataron de asesinarme en el Cajón del Maipo, que me atacaron por todos lados, murieron cinco guardias.....? ¿Se han olvidado de eso? ¿Se han olvidado las veces que me pusieron bombas cuando aterrizara, etcétera? Se han olvidado de muchas cosas, pero hay que recordarlas también. ¿Perdón? ¿de que?. Perdón de que íbamos a transformarnos en otra Cuba. ¡No! Por eso, el perdón tienen que pedírmelo ellos a mi”.

Si, también dicen que por eso, para impedir evitar otras posibles dictaduras “a la cubana” como la de Fidel Castro, se montó la “Operación Cóndor” por Manuel Contreras, jefe de la DINA chilena, en asociación con los servicios de “inteligencia” de otras dictaduras del cono sur americano, como Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y otras, al objeto de eliminar cientos de vidas en todo el Mundo en un terrorismo de estado, que el abogado defensor de Pinochet, Ambrosio Rodríguez, equipara con el acuerdo antiterrorista de la Unión Europea.

Al mes siguiente de la citada entrevista y como consecuencia de la misma, los abogados querellantes, Eduardo Contreras, Sergio Concha y Francisco Bravo, pidieron el desafuero del dictador para que pueda ser juzgado por su responsabilidad con las muertes y acciones represivas de la Operación Cóndor, que investiga el magistrado Juan Guzmán Tapias.

Mientras más de un millón de cubanos se manifestaban sin hostilidad en El Malecón de La Habana en protesta por el endurecimiento de las medidas contra ellos del Gobierno de George W. Bush, la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile dirimía sobre el desafuero de Pinochet, decidiendo finalmente aplazar su veredicto quince días.

Sería deseable que Fidel Castro no muera en primera fila luchando por la defensa de su patria, como dijo el viernes en su proclama de El Malecón, pero si que se marchara, que ya ha cumplido años para eso. Tampoco es plausible que se encarcele a Augusto Pinochet, con casi un siglo a sus espaldas, pero si que la justicia esclarezca los hechos y responsabilidades, para que sepamos quien y quienes, al menos, han de ponerse de rodillas pidiendo perdón a los muertos y torturados. Aunque las somnolientas “autoridades” canarias aún no tienen hombros de vejez suficiente para que no puedan cargar “justamente” con sus culpas.

Amalahuigue