
De Ciudad Juárez a Canarias.
“No es lo mismo”, reza una canción de Alejandro Sanz últimamente exitosa.
Y, efectivamente, no es lo mismo los miles de muertos del genocidio terrorista de las Torres Gemelas de Nueva York en los Estados Unidos de América que los millones de muertos del otro genocidio del sida sin medicinas en África.
Tampoco es lo mismo las muertes de cientos de niñas y mujeres violadas y torturadas en la mejicana Ciudad Juárez, en la frontera del país más rico y poderoso del Mundo, que los abusos sexuales a un centenar de menores en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, en un archipiélago que recibe impotente las avalanchas de las migraciones del hambre hacia Europa, por su proximidad al continente más pobre y miserable de la Tierra, y que el Delegado del Gobierno Español para la Inmigración, Sr. Robles, como si fuera el Rey de Marruecos, trata de “encajar” en la sociedad canaria.
Sobre todo ello, a mí me da la impresión de que sobrevuela la impunidad, sin importar que en este “orden mundial” paguen justos por pecadores en muchos de estos casos, por no decir que en todos.
Ahora que en otra parte, allá en Irak, dicen que han apresado a Sadam Husein, otro violador de los Derechos Humanos cuya captura ha costado nada más y nada menos que una guerra con muchas muertes de inocentes y destrucción por doquier, he leído que el Sr. Aznar ha dicho que “es una muy buena noticia para quienes deseamos un mundo en paz, un mundo libre de dictadores y un mundo lleno de democracias donde se respeten los Derechos Humanos”. Derechos individuales estos de la humanidad que deberían respetarse también –añado yo- en España, sin necesidad de guerra alguna.
Para no ser menos y salir en los periódicos, el Presidente del Gobierno Canario, Don Adán Martín, parece que se ha congratulado con la captura de Sadam –y también yo, como puede que tantos otros- pidiendo que se le juzgue rigurosamente. Y está muy bien que el Sr. Martín reclame ese juicio al dictador sin que se le esconda, al igual que a otros, en el desamparo judicial de Guantánamo, y ello después de haber “sintonizado” con el otro Presidente de igual apellido, don Dimas, que continúa amparado entre recursos y peticiones de indulto para aplazar, como los Albertos, la ejecución de su sentencia.
Pero también, desde el Gobierno Canario, don Adán Martín Menis debería preocuparse de la denuncia de que se hizo eco la prensa el 28 de junio de 2003 de la psicóloga Begoña Barras, Presidenta del Foro contra la Violencia que engloba a más de veinte organizaciones sociales y políticas, de ese centenar de abusos a menores en Santa Cruz de Tenerife, archivados a pesar de la existencia de pruebas.
Yo no sé, querido lector, de la certeza de la denuncia de doña Begoña, pero si soy testigo de cómo el Estado Español, carpetazo tras carpetazo durante largo tiempo y sin fundamento acreditado alguno, ha abusado con su poder de dos niños canarios de menos de doce años legalmente inimputables, que fueron humillados, afrentados, detenidos y acusados falsa y públicamente de haber “robado” una serie de objetos que los mismos policías que les detuvieron retiraron de la vivienda de su propio dueño, incomunicados en dependencias policiales para interrogarles de forma coactiva y amedrentadora en ausencia de sus padres y de letrado. Para dicha detención, nada más y nada menos que por cinco “eficaces” policías, no se dudó en violar, innecesariamente y al margen de las leyes, el domicilio infantil, pisando impunemente sobre el Código Penal, la Constitución Española, los Derechos Humanos y la Convención sobre los Derechos del Niño.
Y es que no es lo mismo, como pudo haber dicho el cantante, los abusos impunes a una centena que a un par de menores, todos ellos absolutamente inadmisibles, ni tampoco es lo mismo un menor de diecisiete años que un niño de diez o que otro de cinco e incluso no son iguales las violaciones de los Derechos Humanos que las faltas de respeto a los mismos por encubrimiento de sus vulneraciones.
¡Tomen nota los señores presidentes, que también cobran del erario público, cuando los derechos individuales de los menores en Canarias no disponen del mismo amparo que los de don Dimas o los de los Albertos, entre otros!
Gomera21 Amalahuigue 19/12/2003
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