Así, como tomadura de pelo, calificaba el alcalde de San Sebastián de La Gomera, don Ángel Luis Castilla, el excesivo retraso de la segunda fase del acceso a cañada de Inchereda, con un importe de casi cien millones de pesetas (595.000 euros). Nada, ¡una minucia comparado con otros sustanciosos pedregales!. Y tiene razón el Sr. Castilla tratando de movilizar al Gobierno canario antes que a la población, y no porque allí tenga una finca ganadera algún constructor de esos que cobran muros muy caros, sino porque es “una obra de vital importancia” que constituye para los vecinos una “actuación de primera necesidad”. Yo ignoro los habitantes que tiene ese “barrio” de Inchereda y cual es esa segunda fase para, eliminando escaleras, lograr un acceso decente a viviendas y fincas. No obstante, de lo que no cabe duda alguna es de que una demora de diez años es una autentica tomadura de pelo.
Curiosamente, también podría ser una tomadura de pelo de nada el construir escaleras impidiendo el acceso de motocultores, como única posibilidad de transporte, a otras viviendas y fincas, aunque no fueran tan importantes como las de Inchereda. Me refiero a la escalera que puso en ese camino de El Cedro el Ayuntamiento de Hermigua después de restaurar la antigua Casa-Escuela, pretendiendo utilizar esta inútilmente como una especie de albergue. Y digo inútilmente porque, en una maravillosa gestión municipal, tampoco se utiliza para nada ese edificio que dejó la escalerita para que los motocultores no transporten los sacos de papas de las finquitas que no son de ningún constructor y que no precisarán decencia alguna para acceder a ellas cuando se las “trague” el monte. Porque eso, la yermitud y no un “Puting Green” como el de la finca de Tecina en Playa de Santiago, es lo que parece que pretenden determinados poderes públicos. Total, papas hay en Tenerife, y si no las traemos de Inglaterra, de Israel o de la China, aunque el transporte nos cueste el doble que a los tinerfeños, ya que para eso tenemos las riquísimas subvenciones de Europa y los múltiples enchufitos temporales aconsejadores de voto a los que se refirió CCOO.
Ahora en Alajeró el Cabildo Insular de La Gomera acaba de aprobar otro proyecto de 2,53 millones de euros para la construcción de una residencia de ancianos de 44 plazas y una superficie total construida de casi 2.500 metros cuadrados, lo que significa poco más de 1.000 euros (167.000 pesetas) el metro cuadrado y que, en principio si se culmina en un tiempo prudencial, no parece que pueda ser una tomadura de pelo. Lo que si es una tomadura de pelo es aquella marquesina de 15.000 euros (más de 300.000 pesetas el metro cuadrado) en Alajeró, y no digamos ya la del Molinito de 25.000 euros. El Sr. Presidente del Cabildo debería explicar a los gomeros como él bien sabe hacerlo, y no dudo que lo haga, lo de estas marquesinas porque, si no lo hace, también sería una tomadura de pelo. Lo peor es que si nos convence que las marquesinas cuestan realmente ese dinero, muchos podamos pensar que la Residencia de cientos de millones de pesetas en Alajeró también podría ser una tomadura de pelo, con yacuzzi y todo.
Indudablemente, otra tomadura de pelo más es la Residencia de Ancianos de Hermigua, que acaba de inaugurarse sin yacuzzi, con una capacidad de 24 plazas. Y digo que es una tomadura de pelo porque, tumbo a tumbo, entre deterioros y múltiples remodelaciones y restauraciones de ese edificio, “regalo” del cura Mario de los años 70 que la Concejal de Asuntos Sociales califica de “emblemático”, ha precisado una docena de años de promesas incumplidas en desinterés cabildicio para que pudiera ser una realidad últimamente con esos 50 millones de pesetas del Gobierno Autónomo. Ante más de 300 personas fueron a buscar votos doña Águeda Montelongo, como consejera del Gobierno regional, don Casimiro Curbelo, como presidente del Cabildo gomero y don José Ramón Mora, como alcalde de Hermigua, y salieron en la fotografía cortando la cinta amarilla, azul y blanca, que uno no sabe si calificar de tomadura de pelo o de vergüenza.
Refiriéndose a los pagos de otra tomadura de pelo como es la basura del basurero, el consejero del Cabildo, don Javier Trujillo, calificaba de gracioso al Sr. Castilla. Y tiene gracia que, donde tantas tomaduras de pelo abundan hasta la calvicie, el alcalde de San Sebastián de La Gomera diga, con sus meadas de movilizaciones fuera de la bacinilla, que el retraso de Inchereda es una tomadura de pelo.
Gomera 21 01/12/04 Amalahuigue
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